miércoles, 26 de marzo de 2014

Acerca de la Leyenda del Ylucán y el Chaparrí

marzo 26, 2014 Ronald Bustamante


Era octubre, fin de mes, del año 2013, inducido por la aguda creatividad literaria de algunos autores cutervinos, en especial de Don Salomón Vílchez Murga, decidí por primera vez escalar las faldas del majestuoso cerro Ylucán El autor en mención, no solamente es el creador de La Leyenda del Ylucán y el Chaparrí, sino de tantos otros. Además no podemos dejar pasar desapercibido su multifacético compromiso con la provincia de Cutervo. Fué Biólogo, Maestro de escuela primaria, compositor, músico, político, etc. La obra que hoy presentamos lo encontré en el libro “Crónicas: Sinopsis histórica de Cutervo” de Víctor Alfredo Piedra Guerrero y Víctor Alfredo Piedra Díaz, ambos prolíficos escritores cutervinos. El inmenso manto lleno de verdor, sendos manantiales,  bosques de piedra, algunos restos arqueológicos, y dos inmensas manchas de arena, conforman una magnífica estampa del imponente cerro Ylucán.  



El autor, de esta leyenda, dota de animismo a dos cerros; el Ylucán que representa a la Sierra, y el Chaparrí a la Costa de Lambayeque. La leyenda refiere que, ambos cerros deciden pactar una competencia, la cual consiste en abrir un par de inmensos fosos en la arena, para luego ser llenados con agua de mar. El que logre culminar antes que el otro su tarea se coronaría como “amo y señor de los dominios de la costa y el mar”. Luego de cavar los fosos, fueron a descansar, para al día siguiente dar inicio a la competencia convenida. Varias horas antes de que rayase el día, de un modo artero, Chaparrí comenzó con su tarea, dejando en desventaja al Ylucán. Éste por su parte, se despertó justo antes del amanecer. Sin percatarse de la artimaña de su contendiente, empezó a llenar el inmenso hoyo sobre la arena. Pero antes del mediodía, Chaparrí cantaba victoria. Ylucán, furioso por la mala jugada del Chaparrí, cogió dos puñados de arena y sin voltear, enrumbó su marcha hacia las faldas del cerro que hoy lleva su nombre, donde asentó sus dominios.